"No conozco manera peor de empezar una entrevista", me dijo Hans Zimmer a los 15 segundos de haber empezado mi conversación, que no entrevista, con él. Yo no soy bueno entrevistando, hay gente que lo hace maravillosamente bien, sean o no periodistas (yo no lo soy) porque además no es imprescindible saber de la materia. El entrevistador trabaja para sus lectores, oyentes o espectadores mientras que yo trabajo para mi, para buscar respuestas a las cada vez más numerosas preguntas que el cine, el arte que más amo, me formula. Las busco y si creo que las encuentro las comparto. MundoBSO (especialmente el Ágora) es el lugar que tengo para plantear esas preguntas o razonar las respuestas. A esto se añade que no me conformo necesariamente con la respuesta si por la razón que sea no estoy de acuerdo con ella. Y si entro en debate ya no estoy entrevistando sino debatiendo, algo que la otra persona debe saber por adelantado, por un mínimo de consideración y respeto. Y otro factor es el tiempo. Cuando te dicen que solo dispones de quince minutos la tentación -hablo por mi- es decir: gracias, no me interesa. Pero en esta ocasión había dos motivos para decir que sí: tener respuestas que quería corroborar con él y saber que inmediatamente después le tocaba el turno a Gorka Oteiza quien, a través de su fenomenal SoundTrackFest, está haciendo la que es quizás la mejor labor periodística del mundo en esta materia. Nuestras webs no son rivales, no buscamos el dinero de la gente, abarcamos ámbitos diferentes y complementarios y por todo ello no veo la necesidad de hacer algo que ya hará él mucho mejor, con preguntas que además serán de máximo interés.
¿De qué se puede hablar en quince minutos? No preparé la conversación (la cita fue confirmada apenas un par de horas antes) así que me puse prioridades: lo más importante que sea lo primero y luego lo que dé tiempo. Y sobre todo no olvidar que se me ha concedido una entrevista y no un debate.
-Señor Zimmer, después de tantos años, de tantas décadas de trabajo hecho, de avances, de mejoras...
-Espera, no conozco manera peor de empezar una entrevista, me interrumpe muy serio
-¿Por qué lo dice?
-Porque me haces sentir como si fuera un viejo, insiste con máxima seriedad.
-No! No estoy hablando de usted, me refiero a los compositores en general -hace un gesto de aprobación- que después de tantos años, de tantas cosas que se han logrado hacer con la música en las películas aún muchísima gente, fuera y dentro de la industria, cree que la música de cine consiste solo en poner música a una película.
-¿Y eso es malo?
Ok, a freir espárragos lo de no debatir -se me pasa por la cabeza- o no me estoy explicando bien o esto va a acabar francamente mal. Pero afortunadamente para mi debió ser lo primero porque desde luego no sucedió lo segundo, pues tras este shock inicial tuvo lugar una breve, intensa, y también hermosa conversación (con réplicas y hasta preguntas por su parte) donde hablamos del oficio del compositor cineasta, del diálogo con los directores y el sufrimiento innecesario de algunos compositores, de saber manipular al espectador, de que la música siempre gana pues es la herramienta más poderosa del cine (afirmación mía corroborada por él con un absolutamente sí) de lo importante que como compositor es el camino pero lo fundamental que como cineasta es el destino. Y con eso y con Interstellar, Inception, Gladiator o The Thin Red Line como referencias, pasaron esos 15 minutos volando. El lunes publicaré crónica del concierto al que voy a acudir esta noche y comentaré con más detalle esta conversación que finalmente no ha sido entrevista y que ha acabado de una manera muy afectuosa por su parte con una sugerencia: él ya conocía y tenía mi libro The Music Script in Film, que le he llevado como obsequio, y me pide que sigamos hablando de música de cine en Facebook (tienes que intervenir más, pero en inglés) Pues así lo haré. Nada hay más grato que conversar, debatir, discrepar o concordar con gente que sabe que esto es un oficio pero también un beneficio. Quince minutos intensos que a la mayor brevedad haré extensos.