Por segundo año, FIMUCITÉ acoge los II Premios de la Música para el Audiovisual Español y por segundo año se omiten informaciones importantes que enturbian unos premios que deberían ser ejemplares. De la nota de prensa dada a conocer hoy mismo extraigo lo más relevante:

"Por segundo año consecutivo, y tras la creación de los galardones en 2018, el Festival Internacional de Música de Cine de Tenerife (FIMUCITÉ) acogerá la ceremonia de entrega de los II Premios de la Música para el Audiovisual Español que otorga la Asociación de Compositores de Música para Audiovisual (Musimagen)

Musimagen ya ha anunciado los nominados a los Premios de la Música para el Audiovisual Español en sus tres categorías: Series, Electroacústica y Orquestal. Dentro del apartado de Series, este año han sido nominados Iván Martínez Lacámara y Manel Santisteban por la música de ‘Vis a Vis. Temporada 3’, Zacarías Martínez de la Riva por ‘Secretos de Estado’ y Osvaldo Montes por ‘La víctima número 8’. En el apartado de música para el audiovisual electroacústica se encuentran nominados los compositores Arnau Bataller por ‘El desentierro’, Alberto Torres por ‘Cómprame un revólver’ y Pablo Cervantes por ‘Jaulas’. En lo que se refiere a la categoría Orquestal, han sido nominados Vanessa Garde por ‘La gran aventura de los Lunnis y el Libro mágico’, Diego Navarro por ‘El fotógrafo de Mauthausen’ y Juan Bardem por ‘El Reina’.

Los asociados de Musimagen, más de 200 profesionales, pudieron votar por sus obras favoritas del año 2018. Según las normas de los Premios de la Música para el Audiovisual Español, fundados para reconocer el trabajo de los creadores de música para el audiovisual de nuestro país, los autores no pueden votarse a sí mismos, lo cual garantiza la absoluta ecuanimidad de los galardones. Son los primeros premios de estas características que se crean en España, votados por los profesionales del sector."

Podría dar la impresión que, en un año lleno de muy interesantes obras para el audiovisual, los finalmente nominados han tenido que superar a rivales de talla que no hace falta mencionar: basta con repasar los Premios MundoBSO o por supuesto los Premios Goya, o echar un vistazo a las obras de nuestros compositores y a las creaciones para la televisión durante 2018. Pero sería una impresión errónea: esta nota de prensa incluye una falsedad (Los asociados de Musimagen, más de 200 profesionales, pudieron votar por sus obras favoritas del año 2018) que lo es porque omite que la dinámica de estos premios no consiste en la votación sobre una lista con todas las obras del año sino a partir de una lista de compositores que se han presentado para poder ser votados. Ya sucedió en la primera edición, cuando en la entonces única categoría solo se presentaron siete compositores y tres fueron los seleccionados. En el año que ha pasado desde entonces Musimagen no ha puesto empeño en mejorar unos premios que deberían prestigiar y no desprestigiar ni desprestigiarse, cuando se sabe lo que hay tras ellos: en esta segunda edición solo cinco obras fueron presentadas en la categoría orquestal (los tres elegidos, más Zacarías M. De la Riva por El mejor verano de mi vida y Santi Vega por el documental Malintzin, la historia de un enigma) y en las otras dos categorías no ha habido más opciones: solo se han presentado tres obras en cada una, finalistas automáticamente.

Si esta información se diera a conocer con transparencia solo podría ser objetable el nombre de los premios, pues Premios de la Música para el Audiovisual Español expresa generalidad cuando son galardones no solo de participación voluntaria sino que los organiza una asociación (Musimagen) que no engloba a todos los compositores. De hecho, hay no asociados que no han tenido información de esta convocatoria. En estas circunstancias, lo razonable sería llamarlos Premios Musimagen de la Música para el Audiovisual Español o en su caso Premios Musimagen/FIMUCITÉ de la Música para el Audiovisual Español.

Todos los finalistas, obviamente, conocen las circunstancias de sus candidaturas, por lo que es esperable no cometan el bochorno de lanzarse a celebrarlo en redes sociales como si de una gran hazaña se tratara. Que una asociación como Musimagen solo consiga convocar esta mucho más que pírrica representación de lo más granado de 2018 debería hacer que FIMUCITÉ se replantee su vinculación con estos premios. Para empeorarlo, el que Diego Navarro -director musical del festival canario- esté entre los finalistas no mejora en nada la situación y, de hecho, da una pésima imagen que le perjudica a él y a un festival que se ha ganado a pulso y con años un gran prestigio como para cometer el error de participar en lo que, si no se aporta esta información, se convierte en una pantomima. Con estos resultados estos no son premios del audiovisual español y FIMUCITÉ debería replantearse el aceptar vincularse a cualquier cosa que le venga sin un mínimo de exigencia. Porque en un año ha habido tiempo de sobra para hacer algo mínimamente decente pero no han querido hacerlo.