Esta semana se ha anunciado el lanzamiento de una versión extendida de The Swarm (78) de Jerry Goldsmith, una banda sonora del género de catástrofes que aunque le da mil vueltas a casi todas las ganadoras o nominadas al Oscar en los últimos diez años es una obra menor en la filmografía de Goldsmith. Así lo comenté en el Club MundoBSO y no han tardado en contestarme gente que sabe mucho, muchísimo, quejándose de que haya calificado de menor una obra que es musicalmente soberbia, como se corresponde a tan soberbio compositor.
La pasada semana escribí por encargo el texto del programa de un concierto de proyección+música de North By Northwest (59), que tendrá lugar en l'Auditori de Barcelona los próximos 1, 2 y 3 de mayo. A diferencia de los escritos en internet, que pueden corregirse, el papel es definitivo y por ello decidí volver a ver la película para no fiarme de mi memoria (creo que la ví por última vez hace al menos diez años) y procurar ser lo más preciso en mis comentarios explicativos, no críticos. Y explicativos han acabado siendo, pero tras el nuevo visionado del filme de Hitchcock quiero desarrollar un argumento crítico, razonado, puesto que ahora no puedo dejar de verla como una obra menor en la trayectoria de Herrmann. Sí, menor, y especialmente recordando que es posterior a Vertigo (58) y anterior a Psycho (60) Pero no será aquí sino en un inminente artículo del Ágora para desarrollar mis argumentos, donde va a ser importante no solo el compromiso del compositor con el resto del filme sino el resultado final de esa unión. Eso sí, le da mil vueltas a casi todas las ganadoras o nominadas al Oscar en los últimos diez años, y aún así es una obra menor en la filmografía de Herrmann. Ya lo explicaré.
Esta tarde he querido escuchar la banda sonora de The Swarm fuera de su integración como parte de la película. Llevaba también mil años sin escucharla entera. Y es una maravilla, de principio a fin: su prodigioso tema principal de amenaza, variado y transformado de diversas maneras para hacerlo además de impactante muy explicativo; sus melodías dramáticas... Goldsmith era un genio, es una desgracia que su legado sea cada vez más de pasado y menos de presente, pero esta banda sonora sigue siendo menor en su filmografía. En casos como el de Goldsmith decir que es menor no es necesariamente minusvalorarla, sino afirmar que tiene creaciones que son aún más bestiales, más apabullantes, y es informar a quien no le conoce -y entre las nuevas generaciones de aficionados hay quienes lo conocen difuminadamente- que puede sumergirse en su obra con absoluta garantía de éxito, porque como Herrmann es irrepetible e inimitable. Por supuesto menores son también aquellas bandas sonoras mediocres en lo musical y/o cinematográfico, pero no son estas aquellas a las que me estoy refiriendo aquí.
Cuando hablamos de Goldsmith, de Williams, de Morricone o de los demás genios es un peligro y es contraproducente llamar a todas sus bandas sonoras con música buena mayores porque con seguridad no son iguales entre sí: Planet of the Apes (68) es una obra mayor y The River Wild (94), que es estupenda, es menor, como lo es The Swarm frente a The Boys from Brazil (78), y el etcétera es larguísimo. Esto es así porque como creaciones cinematográficas que son las consideraciones musicales no deben ser el único factor de valoración: ¿cómo funciona en el resto del filme y, sobre todo, cómo funciona todo el filme? Si atendemos a sus cualidades estrictamente musicales (y yo no dudaré que así The Swarm pueda ser mayor) descuidamos que el destino de la música de cine es formar parte de un todo, y efectivamente las carencias de una película (actores pésimos, guion malo, etc) afectan al resultado final por más que el compositor haya dado lo mejor de sí mismo.
Que la película sea mala no hace que la música lo sea, en absoluto, pero hay que diferenciar aquellas películas que simplemente han sobrevivido gracias a la música de las que se han convertido en clásicos gracias a ella. Y si en la filmografía de algunos compositores (Joel McNeely, John Scott...) no hay de estás últimas no habrá problema en bajar el listón y considerar mayores bandas sonoras de filmes mediocres; pero cuando sí las hay, y en Goldsmith las hay, entonces son bandas sonoras mayores que son menores.