Hoy Netflix estrena la serie televisiva La última noche en Tremor (24), que marca la quinta colaboración entre su director Oriol Paulo con Fernando Velázquez, un binomino que es sólido y que debe ser señalado, referenciado y celebrado como ejemplar. No he visto aún la serie, y en cuanto lo haya podido hacer escribiré unas consideraciones más elaboradas que las líneas simples y emocionales que he publicado para abrir la ficha hoy mismo. Estoy casi seguro que en el torrente de temas y emociones que se aprecian en la maravillosa música del compositor hay mucha y buena arquitectura y ajedrez. Quien más garantías me da no es en realidad Velázquez sino Paulo, pues en cada uno de sus trabajos como director hay gran inteligencia en la aplicación dramatúrgica y narrativa de la música. Lo mostró y demostró en su primera película como director, El cuerpo (12), con un impecable guion musical que supuso el mejor trabajo del por otra parte poco interesante compositor Sergio Moure de Oteyza. Esa inteligencia y saber hacer volvió a verse en Contratiempo (17), ya con la suma de la inteligencia y saber hacer de Velázquez. Luego vino Durante la tormenta (19) y también en cine Los reglones torcidos de Dios (22), que a mi parecer es la obra más suprema de ambos, una creación por la que Velázquez fue finalista al Goya y de la que espero poder hacer pronto un vídeo donde explicar, mostrar y demostrar su grandeza.
Quien me lea habitualmente sabe que no me encuentro entre los incondicionales de Velázquez: es un compositor talentoso y muy interesante, pero no siempre acertado, y aquí en MundoBSO he sido en ocasiones duro o muy duro en mis consideraciones sobre alguna de su obra. Esto es precisamente lo que me sirve de aval para despejar cualquier duda sobre la honestidad de mis opiniones y argumentaciones positivas. Pero me parece ya evidente que es a Oriol Paulo a quien se ha de elogiar y agradecer incluso más que al compositor. Hay que poner bien visible este binomio ante la comunidad cinéfila y de aficionados a la música de cine. Velázquez es sobre todo asociado a J.A. Bayona (aunque solo por tres filmes) y con todo lo bueno que ambos han creado, el de Velázquez/Paulo es incluso superior.
La serie que hoy se estrena consta de ocho capítulos inusualmente largos para lo que es la política de producciones en Netflix. Entrar en ella para descubrir lo que ha tramado Paulo con la música de Velázquez se aventura fascinante. Ojalá no me equivoque.