En unas declaraciones para Variety de la semana pasada Hans Zimmer compartía algunas de las razones por las que cree injusto la posible descalificación de su banda sonora para Dune Part II (24) en los próximos Oscar. Ganó un Oscar por la primera parte y asume que no ganaría nuevamente: I’m not going to win an Oscar for the second one if I won an Oscar for the first one, which I did, right? That’s not the point. Yo estoy completamente de acuerdo con la injusticia de su descalificación y completamente en desacuerdo con que no pueda (o no deba) ganar un segundo Oscar.
La razón que le puede apartar del Oscar es la reutilización de temas de la primera parte en la segunda. Dice Zimmer:
We are not a normal sequel. We’re not like “Pirates of the Caribbean,” you have a theme for Jack Sparrow that comes again. This is different. “Dune: Part One” and “Dune: Part Two” are one story, so it would make no sense for me to go and change the theme for the characters. I knew what the last note of the second one was before I wrote the first note of the first one, and I had the whole arc in my head of how to develop what we were going to do.
Me pregunto qué demérito es reutilizar temas preexistentes si con ellos y cuando con ellos se sigue construyendo narración, desarrollando dramaturgia, explicando personajes. La exigencia de creación musical genuina y original no tiene sentido salvo que no se comprenda el mucho sentido que tiene seguir trabajando con temas musicales previos no para reiterar -que tampoco pasaría nada- sino para evolucionar. ¿Acaso un actor como Al Pacino no fue finalista al Oscar por dos películas en las que interpretaba al mismo personaje, Michael Corleone? Es, sí, el mismo personaje, pero evolucionado. Del mismo modo, los temas que se reiteran en la seguna parte de Dune son evolucionados.
No hay demérito alguno en reutilizar músicas si con ello la película es mejor. El único demérito que hay en la música de cine es hacerlo mal. Por alguna extraña razón las Academias de Cine tienen miedo, desconfianza o aversión por la música de cine: la pasada semana refresqué el asunto del estúpido porcentaje del 15% de presencia musical en la película (editorial: Cuatro plazas para el Goya), un sinsentido que avergüenza a la Academia española y aún mucho más a los compositores que no lo combatan. La norma de la Academia de Hollywood, que lleva algunos años vigente, muestra y demuestra el grado de indiferencia hacia la contribución creativa de los compositores en el cine: según esa norma, hoy la trilogía de The Lord of the Rings solo podría ser premiada por la primera película, despreciando todo lo aportado en la segunda y tercera parte.
Dune Part II no solo debería ser considerada sino que podría ser una justa ganadora. Para quien crea que Zimmer solo ha reiterado temas, podría ver los dos vídeos explicativos que hice (Dune I y Dune II). Podrá gustar o no gustar, pero no se puede negar que hay una evolución entre ambas. El trasfondo (y el peligro) lo indica claramente Zimmer:
My point is be careful about these rules because what you’re doing is in the back of the studio’s mind, the Oscars are important, and you’re influencing the way you are saying whether we can create art or not. You’re saying you can’t do that because we won’t allow art to be nominated. We should have the freedom to find ways to create whatever comes to us.
Es exactamente así.