Unas escenas en Tenet (20) en las que Christopher Nolan ha decidido que los efectos sonoros hagan inaudibles algunas palabras ha generado un interesante debate entre varios diseñadores de sonido, tres de ellos ganadores del Oscar. Y, de paso, ha vuelto a poner encima de la mesa algo que es imperativo proclamar una y otra vez: que el sonido no es solo ruido sino también cine. Podéis seguir ese debate aquí:
Randy Thom, el que lo ha abierto, es ganador de dos Oscar y tiene otras trece nominaciones. Soy admirador suyo desde Never Cry Wolf (83), la primera de sus candidaturas, pues me abrió mucho los ojos (no solo los oídos, como me pasa con la música) respecto al uso del sonido con fines dramáticos. Le han contestado varios colegas, entre ellos Gloria Borders (ganadora de un Oscar y una nominación más) y especialmente Tom Fleischman (colaborador de Martin Scorsese, con un Oscar y cuatro nominaciones) que es quien se ha mostrado más contrario al argumento de Thom, llegando a decir que compadece a cualquier mezclador que trabaje con Nolan.
El asunto de este debate forma parte de la competición sonora entre diálogos y música, y a esta competición le venimos dedicando en MundoBSO mucho espacio en comentarios, artículos e incluso algún editorial como el de hoy. Es bastante obvio, porque además los ejemplos son casi incontables, que decisiones como la de Nolan responden a criterios artísticos, dramáticos o incluso narrativos, en busca de determinado efecto o en busca de aportar determinada información a la audiencia. Pero por alguna razón se sigue pensando que el sonido es algo meramente técnico en tanto los diálogos (el guion) y la música (el guion, también) son artísticos, y es rotundamente falso: ¡se ha hecho muchísimo cine con el uso del sonido! Es triste que aún hoy en día se siga diferenciando entre "equipo artístico" y "equipo técnico", o que a determinadas categorías en premios se les llame "premios técnicos". ¿La fotografía? ¿el montaje? ¿la música? No hay apartado alguno en el cine que participe en la creación artística de la película que sea técnico sino creativo, y el sonido es precisamente uno de los más importantes porque, junto a la música, entra en la audicencia por el canal auditivo, para emocionar, dramatizar o narrar.
Como pasa con los diálogos, el sonido y la música también comparten espacio en la película, conviven y están condenados a entenderse. Es estrecha la vinculación entre sonido (natural o artificial) y música -y no solo cuando el sonido es integrado como parte de la música-, tanto que a veces ambas se entienden mejor comprendiendo a la otra. Hay más vinculaciones, por supuesto: la música con el montaje, o incluso con la fotografía y la interpretación, pero el sonido y la música estan en la primera parte de la palabra audiovisual, donde el audio lamentablemente sigue siendo entendido solo como un prefijo de lo visual, cuando están tantas veces interrelacionados.
Me encantaría dedicarle más tiempo al sonido en el cine, es absolutamente apasionante lo mucho que se puede descubrir en sus usos y manipulaciones. Ojalá se le prestara más atención, ojalá existiera un MundoBSO del sonido, donde de cada película se pudiera explicar el arte y el cine que hay en cada decisión del diseñador, del montador sonoro, del director. A mí, por lo que he ido conociendo, me parece fascinante. Ojalá alguien se dedicara en cuerpo y alma a explicarlo.