Esta semana he visto el peculiar anuncio de un master online en dirección de orquesta (especialidad en música de cine) ¿Cuánta gente pagará por esto sin ver el engaño? ¡Dirección de orquesta online! y además con una especialización que sencillamente es inventada: ¿acaso hay diferencia entre dirigir una pieza de Shostakovich y una de Williams? Quien lo oferta es el autoproclamado Maestro Navarro Lara -ni Williams se llama a sí mismo Maestro-, autor de, entre otros, el libro El milagro de dirigir la orquesta sin usar las manos: técnica neuro directorial. Podría parecer cómico -¡qué zafios Leonard Bernstein, Karajan o Barenboim gastando energías con los brazos cuando podían haber hecho uso del pensamiento y la telepatía!-, pero debe haber alguien con pocas luces para pagar por esto, y entonces ya no es tan simpático. Este singular vendepócimas milagrosas -su aspecto es realmente el de esos personajes que iban vendiendo ungüentos con su carreta por los polvorientos caminos en los westens- dirige además algunos conciertos de música de cine. No he visto ninguno y por tanto no opinaré sobre ellos, pero sí señalaré el engaño en este vídeo en el que su propio hijo se luce dirigiendo Williams... pero en el que han cambiado la música del concierto por la de la grabación de la banda sonora original. Es el todo vale para ganar dinero a costa de la gente incauta.
Hay que ser estúpido para creer en este tipo de ofertas académicas. Hay que ser estúpido o estar muy desesperado, pero sobre todo y ante todo se ha de ser un ignorante, algo de lo que algunos se aprovechan. Son muchas, muchísimas personas las que sueñan con poder trabajar de una manera u otra en el medio audiovisual: componiendo bandas sonoras, trabajando como orquestadores, dirigiendo orquestas en grabaciones... son tantas las personas que lo sueñan como escasas las posibilidades de lograrlo y precisamente por esto es tan esencial mejorar la formación musical, el conocimiento del medio, ampliar la red de contactos y también, claro, hay que contar con el factor suerte. Los atajos para alcanzar este objetivo pueden acabar en pérdida de tiempo, de dinero y con la frustración como única ganancia. Es verdad que la buena formación, el conocimiento, etc a veces no dan resultados y eso genera igualmente frustración, y también que hay gente sin esas cualidades que están trabajando, pero se equivoca quien piense que hay igualdad de condiciones y de oportunidades entre una persona bien formada y otra que prefiera ahorrarse años de dedicación y estudio, porque más pronto que tarde estos últimos se toparán con complicaciones que solo los primeros pueden solventar.
Esto parece bastante obvio y de sentido común. En este punto, quiero recordar dos editoriales que escribí hace tiempo y que puede ser de interés revisar:
A ellos me remito para quienes puedan tener dudas o vean sombras en el camino que quieren recorrer. Respecto a las propuestas de aprendizaje rápido y fácil, ¿te pondrías en manos de un cirujano que se ha sacado el título en un curso online? ¿Confiarías tu casa a un arquitecto que se ha saltado los años de estudio y se ha formado en unas cuantas sesiones vía zoom? Te sugiero, cuando tengas dudas sobre estos atajos, que le preguntes a cualquier profesional. Debo decir que sin embargo la realidad es que en la industria hay demasiada gente -productores, especialmente- que funciona con el mientras suene a música, ya nos vale y eso hace que los atajos sean mucho más atractivos que los caminos largos. Pero no te dejes engañar: si elijes el atajo, no dudes que al final tu recorrido profesional será bien corto.