Hoy el New York Times publica un artículo titulado How to Write Music for Rolling Boulders, firmado por el musicólogo Frank Lehman sobre el alcance real de la música de cine cuando la realidad es que debe coexistir con los demás elementos (sonido, diálogos, etc), lo que hace que no pocos aspectos puedan pasar desapercibidos cuando no directamente invisibilizados: Some of the best, most complex musical compositions are written for scenes where they can barely be heard, afirma en un destacado. El artículo va sobre John Williams y sus creaciones en la saga de Indiana Jones. Muestra escenas comparadas (secuencias reales y solo con la música) y también la música en concierto y cómo suena en la película, tal y como muestra esta imagen:
No he podido leer el artículo aunque lo haré y la próxima semana publicaré mis consideraciones, pero sí quiero traer a colación lo que ha publicado en la newsletter del NYT su editor de cultura, Adam Sternbergh, a propósito de este artículo:
To truly understand the artistry of film music, Lehman argues, you need to start by ignoring the movie and closing your eyes.
Esto es una barbaridad. ¿Cómo es posible sostener que para entender el arte que hay en la música de cine es necesario ignorar la película? Para ser justos, y a falta de la lectura en detalle, no he encontrado en el artículo que Lehman diga eso, por lo que debe ser una interpretación equivocada de Sternbergh. Podría querer decir que para entender el calado de la música de cine lo primero es olvidarse de la película y tras el estudio de la música ir a verla en el filme, pero eso es también un error grave pues lo que hay que hacer es exactamente lo contrario: primero conocer la música en su contexto, entender qué suma, aporta, explica, niega, complementa, completa, construye o destruye, y luego sacarla de su contexto para descubrir sus detalles y, al devolverla a su lugar, ver aún más y mejor lo que hace o pretende hacer. Si se empezara por la música ¿qué podría sonsacarse si no se tiene ni idea de cómo es el personaje que la lleva dentro o del sentido de esa flauta, o de ese trémolo? Si no sabemos para qué sirve en la película, ¿qué análisis serio puede hacerse?
La frase debe ser corregida por To truly understand the artistry of film music you need to start by watching the movie and opening your eyes. Ese y no otro es el punto de partida, por respeto al cine, a los cineastas, a todo.
Una tercera posibilidad es que Adam Sternbergh haya querido dar a entender simple y coloquialmente que, con lo archiconocidas que son las películas de Indiana Jones, no pasa nada por olvidarlas por un momento y atender solo a la música. Eso es más razonable porque no afecta al arte de la música de cine. Pero el problema es que la frase literal no dice eso y es terriblemente dañina viniendo del editor cultural de una de las más grandes cabeceras del mundo, como lo es el NYT. Se genera desinformación, se desconsidera la aportación de la música a la dramaturgia y a la narración y, por ser ideas tan lamentablemente reiteradas y extendidas, la música en el cine se sigue viendo como un simple añadido extra que poco aporta en las películas más allá de lo emocional y que vale más fuera del cine que dentro de él. No hay modo más eficaz de combatir esos prejuicios y errores que mostrar y demostrar que toda explicación de la música en el cine debe empezar siempre en la película. Porque el filme es la partitura sobre la que el compositor escribe sus notas musicales y tan visuales.