Hoy he tenido la oportunidad de ver un cortometraje singular. Se titula Awesome y tiene la peculiaridad de estar escrito, dirigido y musicado por Roque Baños, quien además se reserva un cameo. Curiosamente, lo menos importante en este pequeño filme de poco más de 10 minutos es la música pero en cambio es fundamental el músico. Y es, además, la exposición de una realidad que no muchos conocen pero sí demasiados sufren en Hollywood.
Este cortometraje en clave de comedia está circulando por festivales y en cuanto acabe su ciclo será mostrado al público en general, tal y como me informa el propio Baños. Lo recomiendo mucho. No voy a hacer spoilers ni desvelar su trama salvo en lo más elemental: un compositor que intenta hacer su primera película en Hollywood. Pero sí diré que pudiendo haber sido una película llana, sencilla y lineal, resulta valientemente extrema y radical, cuando no salvaje, que expone el postureo, el mundo de falsas impresiones, de banalidades y de gente superficial pero con enorme poder en Hollywood.. y que pone a prueba la supervivencia mental y anímica de quienes intentan encontrar un sitio. El filme tiene un tono entre desenfadado y desmadrado, con toques casi surrealistas pero en realidad -y es lo que más aprecio- con un poso muy amargo. Mucha gente -y no solo compositores- se verán reflejados, dolorosamente reflejados.
No se me escapa que lo que se expone tiene mucho de autobiográfico, porque además a nadie se le escapa que Baños se marchó a Los Ángeles con una maleta llena de prestigio y premios y al aterrizar tuvo que asumir que, para los norteamericanos, nada había en esa maleta. Como tantos otros, la experiencia y las peliculas hechas de nada servían si no tenían relevancia en suelo estadounidense. Y Baños tuvo que partir de cero y aguantar casi un año sin encontrar proyectos. Para quien tiene talento es un proceso demasiado duro el ver que, sencillamente, nadie sabe es que tienes ese talento. Hay dos o tres frases demoledoras en el cortometraje al respecto.
Baños es muy valiente al exponerlo en abierto, allá donde la impostura y las formas sonrientes son la condición básica para sobrevivir. Pero lo que explica lo viven muchos otros compositores (de todos los países del mundo) que viajan a Los Angeles bien a su propio cargo, bien becados, o para colaborar puntualmente con algún compositor y que creen y sueñan y también esperan será la puerta que se les abrirá para un futuro profesional mejor. A la mayoría les aguardan las decepciones, las humillaciones y algunos verán algo de luz si logran empleo haciendo trabajos de secretarios o de arregla-errores de compositores menos buenos que ellos, y con eso es posible que se conformen. Otros, claro, consiguen sus oportunidades. Pero son los menos y la competencia es demasiado feroz como para tener garantías de continuidad.
Habrá que abordar este tema del que nadie, salvo de momento Roque Baños (y además con sentido de humor!) parece querer hablar en público.