Esta noche, en FIMUCITÉ, Justin Hurwitz dirigirá un concierto con proyección de La La Land (16). La casi totalidad de la audiencia se emocionará con sus canciones, pero también la casi totalidad no se habrá enterado del verdadero alcance de esas canciones en la película. No estoy minusvalorando la capacidad de la audiencia, rotundamente no, sino celebrando la espectacular y también enrevesada complejidad que tiene esta banda sonora, muy difícil de ver en la sala de cine (o de concierto). Lupa en mano y con una observación y examen detallados y calmados, salen a relucir los distintos caminos dramatúrgicos y narrativos que abren cada una de las canciones. Yo hice hace unos años ese examen -que aquí adjunto- y pude explicar, mostrar y demostrar que esta banda sonora es absolutamente única, una obra maestra de sofisticación, planificación y detallismo.
Pero la abrumadora mayoría de la gente, por más veces que vea la película o escuche la música, no visualiza ni es consciente de este complejo laberinto de emociones y explicaciones, de rutas musicales que llevan a la gran cámara del Faraón, la gloriosa secuencia final donde desembocan la mayor parte de los temas musicales. La La Land es, así, mucho más que un filme musical, es una obra de arte. Lo mismo que tantas otras y de diversas disciplinas (literatura, pintura, cine, música...) que necesitan de relecturas, reescuchas o revisionados para ser completadas. Yo le puse lupa para explicar, mostrar y demostrar lo que no está a la vista y estoy orgulloso de haberlo hecho: he aprendido (y sigo aprendiendo) de muchísimos maestros en el manejo de la lupa que ayudan a conocer mejor cualquiera de las artes.
Habiendo expuesto el mapa de la pirámide de La La Land, es comprensible que haya gente a quien no le interese porque prefiere es disfrutar del placer de la música, pero uno no deja de pensar en lo mucho de más que disfrutaría el público de esta noche en FIMUCITÉ -y de cualquier otra noche- si conociera que este complejo entramado temático existe en la música de Hurwitz, pues no es solo emoción sino también inteligencia. El arte es exactamente esto.