Se daba por hecho, desde hace tiempo, que la nueva película de J.A. Bayona iba a contar con Fernando Velázquez en un nuevo escenario de alto voltaje dramático y emocional, pero la sorpresa ha sido mayúscula cuando el director ha anunciado en su cuenta de Instagram que será Michael Giacchino el encargado de componer la banda sonora de La sociedad de la nieve, sobre el trágico accidente que ya se relató en Alive! (93). Y el anuncio, claro, ha disparado las especulaciones sobre las causas: ruptura, problemas de agenda, presiones de Netflix... incluso en el Club MundoBSO se ha leído que Alberto Iglesias podría haber estado trabajando en la película pero que su música habría sido rechazada. Rumores que son solo rumores y que por serlo no les vamos a dar mayor relevancia. En cualquier caso, los problemas de agenda de Velázquez difícilmente pueden haber sido la razón: en primer lugar porque el filme de Bayona lleva largo tiempo gestándose y el compositor podría tenerlo incorporado en su plan de trabajo, y en segundo lugar porque esta película es un auténtico caramelo que absurdamente Velázquez podría dejar pasar, tanto por su condición de película de primera como por la proyección y el prestigio internacional que le daría, aunque el compositor ya tenga un alto estatus.
No debe ser grato no estar con Bayona cuando todo el mundo lo daba por hecho ni tampoco que alguien con más proyección y prestigio internacional ocupe ese lugar. Lo cierto es que Velázquez necesita mucho más a Bayona que no a la inversa, puesto que Bayona sin Velázquez sigue siendo plenamente Bayona, a diferencia de por ejemplo Burton con Elfman, Wes Anderson con Desplat, Spielberg con Williams o Almodóvar con Iglesias. Bayona ya ha trabajado cómodamente con otros compositores y ahora ha mostrado su entusiasmo por volver a hacerlo con Giacchino.
Velázquez es, pues, reemplazable, pero es una lástima porque además de que juntos han hecho obras de calidad, también las han hecho de mucho interés. Yo no creo que el mejor Velázquez sea el de la trilogía con Bayona sino el de la trilogía con Oriol Paulo, pero a pesar de ello y de que sea un compositor a mi juicio bastante irregular (con obras maravillosas y otras menores), lo que haga Velázquez despierta siempre el máximo interés, y honestamente le hubiera preferido a él en los gélidos Andes que no a Giacchino. Pero alguna razón habrá habido.