No son pocas las veces que me he preguntado cómo debe sentirse un actor o actriz de método, de los que se preparan a conciencia su personaje, que lo exploran, que conviven -nadie les obliga- con taxistas durante dos meses para hacer de taxista, o se pasan la noche sin dormir -nadie les obliga- para al día siguiente parecer creíble como torturado por un dentista en busca de diamantes... siempre me he preguntado cómo debe sentirse un actor o actriz que se ha trabajado su personaje, que lo conoce mejor que nadie porque lo ha hecho suyo/a, cuando acude al estreno de su película y ve y escucha una música que explica su personaje, a veces mucho mejor o más diáfanamente que lo que él o ella han logrado con sus interpretaciones. ¡Nadie en plató les había dicho que su personaje tendría tal o cual matiz! ¡no constaba en el guion literario! ¡esa música es mi voz pero yo nunca la había escuchado!
Marlon Brando -actor de método por excelencia- debió cuando menos sorprenderse (estoy completamente seguro que satisfactoriamente) cuando en pantalla vio cómo su personaje convulso y pasional de Viva Zapata (Elia Kazan, 1952) era explicado en sus conflictos y quiebros internos más desde la música de Alex North que desde su innegable poder comunicativo; Judi Dench -excepcional actriz- tuvo todos sus estados emocionales en Notes on a Scandal (Richard Eyre, 2006) expresados diáfanamente desde la música de Philip Glass, precisamente más donde ella trataba de ocultarlos.
¿Hablaron Marlon Brando y Judi Dench con los compositores durante la preparación de sus personajes, o durante el rodaje? (más allá, si fuera el caso, de cosas genéricas). Como actores profesionales, ¿alguien les pidió opinión o su parecer sobre la música que se les iba a imponer en sus interpretaciones, en su propia piel?. Dicho de otro modo: ¿alguien más que no son ellos interpretan sus papeles en pantalla?.
Me refiero, naturalmente, a temas musicales de personaje, no a las músicas de conceptos, o de acciones, etc. Me pregunto si no resultará hasta molesto para un intérprete que sin haberle sido hablado se encuentre con expresiones (musicales) que mejoran (¡es el objetivo!) su personaje. ¿Tan mal lo he hecho que he necesitado música?.
Esto último es naturalmente una exageración, pero no son pocas las ocasiones que me he preguntado las veces que algún actor se habrá sentido molesto por la música que le han inyectado a su personaje sin consultarle. Y me pregunto también por qué el director, a la hora de preparar el personaje con el intérprete, no convoca al compositor (si es que va a haber tema de personaje) para que sea el propio intérprete quien construya su personaje con la música y ayude al alter ego, el compositor, a construir la música con su personaje. Es algo que hizo Sergio Leone con Ennio Morricone, en filmes como C'era una volta il west (68) y los resultados eran perfectos: los personajes se explicaban mejor con la inmediatez de la música y los actores la asumían como propia. ¿Por qué esta práctica queda como una mera curiosidad, o incluso extravagancia del director italiano?.
El cine es una labor en equipo y, como iré explicando en otras editoriales o en el Ágora, el compositor debería estar desde el primer momento involucrado, para revisar el guion literario y poder crear el guion musical; para hablar con el director de fotografía y consensuar luminosidad y colores; para determinar espacios y amplitudes con los escenógrafos; tono y ritmos con los montadores; ondulaciones con los sonidistas... y personajes con los actores. Todo ello, naturalmente con la intervención del director. Un trabajo hercúleo el del compositor, sin duda, pero como podré demostrar en próximas ocasiones el compositor es guionista, cámara, escenógrafo, montador, intérprete y hasta director. El compositor lo es todo en una película. Y todos los elementos que conforman la película se benefician de la labor del compositor. Por ello me sorprende que los intérpretes parezcan indiferentes al hecho musical o que directamente no les importe. ¿Alguien pone en cuestión los beneficios que reportaría tanto para el intérprete como para el compositor que colaboraran con la supervisión del director en la construcción del personaje desde la música? ¿Quién mejor que el actor para explicar lo que hay en su personaje? Salvo que no aceptemos que el intérprete asume límites en su propio trabajo...
Estos últimos meses he estado asesorando en algunas películas sobre el uso narrativo de la música, para contribuir en la medida de lo posible a despejar inconvenientes y oxigenar el filme. En una de ellas, hemos (re)construido un personaje desde la música, no completamente, es obvio, pero con bastantes matices que la (estupenda) actriz ya se encontrará el día del estreno. Seguramente le satisfarán y, ojalá, la felicitarán efusivamente por su gran interpretación... a la que ella habrá contribuido solo parcialmente. Increíble.