Michael Giacchino es un compositor que en su trayectoria de casi treinta años en el audiovisual ha pasado por etapas de gran visibilidad y otras más imperceptibles, pero nunca ha dejado de trabajar ni ha sido alejado del tipo de filmes considerados más relevantes y jugosos en el plano comercial. Esta semana se ha estrenado Spider-Man: No Way Home (21) y en ella muestra y demuestra que tiene alas para volar, si quiere y le dejan, a lo más alto. Las películas de animación son más expuestas y arriesgadas para los compositores precisamente porque la música queda mucho más expuesta y porque la ausencia de intérpretes reales ha de ser compensada con músicas más expresivas en lo dramático, lo que supone un riesgo de caer en excesos. Giacchino sale siempre airoso de estos retos porque tras de sí tiene un bagaje en el que se suma su experiencia inciática en potentes y muy bien elaboradas músicas para videojuegos y por supuesto su amplia trayectoria en el cine de animación, que comenzó en la celebrada The Incredibles (04) y siguió en títulos como Ratatouille (07) o su oscarizada Up (09), a la que dediqué nada menos que dos vídeos de Lecciones... desgranando las grandes virtudes narrativas de una banda sonora perfectamente edificada. En ese mismo año, firmó un Star Trek (09) igualmente admirable, lleno de solvencia y de inteligencia, cualidades ambas que raramente han dejado de presenciarse en sus trabajos.
Y pese a todo ello no siempre cuenta con el favor y el apoyo de los aficionados. Parece difícil que pueda consensuarse que su nombre deba figurar en el grupo de los más grandes que están trabajando en la actualidad en USA. Es aún joven (54 años) y tiene por delante un gran futuro en el que sumar mucho. Lo que puede que le esté perjudicando, quizás, sea que es un autor con más oficio que personalidad, mucho más artesano que artista. Como tantos otros en la música de cine, por cierto. Puede que no sea especialmente genuino ni original, y desde luego no todos sus trabajos tienen similar grado de relevancia, pero es un compositor muy competente, muy eficiente y creo que también muy inteligente (eso sí, cuando tiene la oportunidad de serlo, que no es siempre). Son estas cualidades imprescindibles en este medio que es el cine. Esta nueva película muestra su habilidad en el entretejido de diversos temas y en lo es la creación de un arco narrativo y dramático a la vieja usanza, como hacían los más grandes. En su más de un centenar de obras cinematográficas no hay ninguna que sea mala, por supuesto sí las hay mucho menos interesantes o logradas, pero ninguna es fruto de la incompetencia, aunque las haya que sean puramente rutinarias. Sin embargo, parece que aún deba estar demostrando lo que hace tiempo tiene demostrado: que es un gran compositor de cine. Ojalá tenga más oportunidades como esta para seguir volando alto.