No son pocos los que anhelan poder dedicarse al medio audiovisual, bien por buscar una salida profesional, bien por el estímulo creativo, bien por ambas razones o por otras distintas. Lo cierto es que no son pocos los que buscan -y no encuentran- el camino que les lleve al mundo del audiovisual donde poder desarrollar su carrera musical. Están en la misma situación que no pocos intérpretes, directores de fotografía, montadores, sonidistas, escritores con vocación de guionistas, directores, etc. Dado que no hay cástings para compositores, estos lo tienen más complicado que los actores, y la mayor parte de directores de fotografía, montadores o sonidistas salen de las canteras de las escuelas de cine o del meritoriaje, lo que tampoco se aplica para compositores. Un guionista puede vender su historia, pero es complicadísimo que alguien quiera comprar una música, pues la inmensa mayoría de las enviadas a productoras ni siquiera son escuchadas. Para no pocos productores la sinopsis de un aspirante a guionista de cine es un punto de partida pero la música que manda un aspirante a compositor de cine -si la llegan a escuchar- es un punto de destino, por lo que si no les convence ni se plantearán pedir revisiones.
Para formarse como compositor/a de cine hay seminarios, másters, escuelas tipo Berklee y otros lugares que aportan entrenamiento y conocimiento (a mi juicio con importantes carencias) pero están fuera del alcance de muchos bolsillos y las becas a las que poder acogerse son limitadas o de muy difícil alcance, eso si es que las hay. Y finalmente ninguna formación de este tipo asegura un futuro profesional. En los muchos años que llevo en esta profesión he visto a compositores que han logrado encontrar el camino y llegar a destino, a compositores que lo han encontrado y aún no llegado y a compositores que ni siquiera saben por dónde comenzar ese camini. No tiene que ver con el talento, aunque también, sino principalmente con la suerte, con el saber moverse y venderse y sobre todo con el saber ofertar algo que los haga necesarios.
No hay un método sino un conjunto de factores que pueden llevar a buen destino ese camino. Pero haber llegado a destino no garantiza estabilidad profesional ni económica. La mayoría de compositores que se dedican al cine tienen complicado mantenerse laboral y económicamente con su trabajo en el cine, desde luego en España. Creo que son importantes estos aspectos para facilitar el camino:
- Tener una página web. Es un escaparate al mundo, donde colocar música y poder venderse. Una página web personal, no una ficha en una web tipo MundoBSO, donde se esuno entre miles. Súbitamente, y nunca se llega a saber cómo, alguien en Japón ha entrado, le ha gustado lo que ha visto y leído (porque la web TAMBIÉN ha de estar en inglés!) y se pone en contacto. Una página web es más atractiva que un montón de CD enviados a alguien o incontables links. Por supuesto, en la página web ha de haber material que exhibir, no solo pretensiones y buenas intenciones! Un consejo: no poner como titular "Compositor de cine/Film Composer" si no se ha hecho una sola película, ni aunque se haya hecho cortos, sino "compositor/composer" que es menos petulante.
- Practicar: mientras no se tengan proyectos, hay que crearlos, para poder mostrarlos si llega el momento. Lo de poner música a escenas está bien, pero no es serio, salvo que se quiera practicar solo el oficio de empapelador. Si se quiere entrenar, mejor hacerlo a lo grande: con una película completa, donde se tendrá que sortear mil dificultades y donde aprender lo que uno ni se imagina. La película The Narrow Margin (1952) no tiene un solo segundo de música y es ideal para practicar: misterio, acción, romance, drama... si da pereza ponerse a trabajar duro con una película entera no hace falta seguir leyendo este editorial.
- Moverse: aunque se tenga web (que es un buen escaparate) hay que acercarse a los sitios donde se preparan los proyectos o futuros proyectos. Es sin duda lo más complicado, pero hay escuelas de cine y estudiantes a los que acercarse en cafeterías, plafones donde colocar anuncios, redes sociales, foros, hasta festivales de cine. Cualquier sitio donde poder conocer a gente que haga o vaya a hacer cine.
- El compositor que no propone, es el compositor que obedece: es el tagline de mi libro El Guion Musical en el Cine. Y aunque ciertamente muchas veces el compositor que propone también obedece, de ganan muchos enteros si se es capaz de ofrecer algo más que música. No hay que ofrecerse para poner música a la película, eso lo hace cualquiera, sino para poner cine a la película. Hay que hacer que se vea al compositor como cineasta, no como músico: si le ven como tal, se es perfectamente reemplazable, pero si demuestra que es un solucionador de problemas (de esto va este oficio también) es bastante más probable que lo quieran tener bien cerca. Ahora bien: ¿qué se sabe de cine? ¿Qué se puede aportar aparte de música? ¿Se va a sugerir soluciones a un director dubitativo o se quedará uno a la espera de recibir órdenes? Es imprescindible ser cineasta y que se vea como tal. Si se está es para sumar, no para restar o para parasitarte a la película.
- No claudicar. Rendirse no es una opción. Nada garantiza el éxito y el fracaso siempre está presto a acompañarnos en la vida. Pero no hay que abrazarse al fracaso mientras se creas en uno mismo como cineasta.
Comenzar no es fácil y no hay un camino asfaltado para poder seguirlo. Pero el camino existe y hay que saber encontrarlo y sobre todo recorrerlo.