La Academia del Cine español ha anunciado la celebración el 27 de enero de 2023 de un concierto de música de cine español en Sevilla, como evento previo a la gala de los Goya que tendrá lugar en la misma ciudad el 11 de febrero. Ello, en el marco del Festival Internacional de Música de Cine de Sevilla (FIMUCS), con la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla (ROSS). Este concierto de música de cine español -indica la nota de prensa de la Academia- es un ejemplo de la apuesta de la Academia por promocionar y difundir la música de cine y la industria de la creación y producción de bandas sonoras.
Este concierto aporta contenido a un festival jovencísimo que parece que carecía de ello, cuyas fechas iniciales (octubre de 2022) fueron cambiadas para poder incluir en su programación este evento. Detrás del concierto en principio todo apunta que está la mano y las gestiones de Luis Ivars, compositor y persona reconocida por su dedicación y trabajo de mucho beneficio para el sector profesional de la música en el cine de nuestro país. Es una operación de rescate que salva el festival al menos por este año pero que también podría hipotecarle: a nadie se le escapa que la Academia es una institución muy grande y FIMUCS de momento aún muy pequeño como para evitar que la abrumadora mayoría de la gente vea al festival sevillano más como colaborador que no organizador: de hecho, el propio comunicado de la Academia subraya que el concierto es una apuesta de la Academia, lo que de alguna manera genera que la entidad ensombrezca la marca del festival y esta quede aplastada entre la Academia y la ROSS, que forma parte de la organización de FIMUCS pero que en estas circunstancias impone su nombre.
Es normal que se vea así pero no es importante que sea así, pues lo relevante es que FIMUCS se mantenga en pie: es muy difícil arrancar un festival, consolidarlo, ponerlo en el mapa y sobre todo dotarlo de una personalidad y línea de programación reconocible. Si más adelante, en otras ediciones, FIMUCS consigue enderezar una programación genuina y propia, independiente, y además incluye entre sus eventos este concierto de la Academia, entonces el salto habrá sido gigantesco y pondrá al festival en el mapa de modo contundente: es un reto que los organizadores deberán asumir para no tener que alimentarse de los restos que le deje la Academia, tipo charlas de los compositores invitados a los conciertos de la Academia, ni ser relegado a un segundo plano.
El concierto puede y debe ser un hito que marque un punto de inflexión que consolide como usual lo que desde hace tiempo debía ser habitual. El concierto, como indica la nota de prensa, incluirá creaciones musicales para la gran pantalla de compositores ganadores y finalistas a los Premios Goya. Será mandatorio, y absolutamente formidable, programar a José Nieto, Alberto Iglesias, Roque Baños, Fernando Velázquez y Pascal Gaigne en un mismo concierto. Junto a ellos, sería un reconocimiento importante incluir a Ángel Illarramendi o a Carles Cases, entre otros grandes que nunca han ganado un Goya, y por supuesto a representantes de la nueva generación, como Zeltia Montes, Federico Jusid, Arnau Bataller, Arturo Cardelús (cuya estupenda Buñuel en el laberinto de las tortugas parece haberse convertido en una obra de obligada inclusión en cualquier concierto español que se precie), Iván Palomares o Julio de la Rosa. Si además el concierto está a tiempo de incluir piezas de las bandas sonoras que hayan sido nominadas este año -lo que ciertamente es harto difícil por complicado-, sería absolutamente redondo.
Como queda evidenciado, hay creadores y obras suficientes en el historial de los premios Goya como para programar un concierto único, formidable y sobre todo necesario. Ojalá este concierto tenga continuidad bien de modo autónomo o dentro de una programación más genuina del festival, y ojalá además impulse a FIMUCS como evento con personalidad y programación propia. Pero eso será el tiempo y el mucho trabajo quienes lo demuestren.