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RIGOR HISTÓRICO

02/06/2016 | Por: Conrado Xalabarder
DEBATE

Nos pregunta Carmen Viñas:

En las películas de época se procura que todo esté correcto y de conformidad a la época en la que transcurre. El vestuario, los decorados, las congruencias históricas. Sin contar los errores que se cometen muchas veces creo que son muy, muy pocas las veces que se respeta de modo escrupuloso la música del período, y generalmente hay poco rigor cuando sí lo hay en todo el resto del filme, no solo en lo instrumental sino en lo que es el tipo de música. ¿Por qué la música suele ser anacrónica en las películas históricas?

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Muchas gracias, Carmen. En mi opinión la música tiene licencia para saltarse las normas, seguramente dentro de unos límites, pero puede hacer lo que no debería suceder con el vestuario, por ejemplo: un filme que transcurra en el Siglo XI deberá ser vestido medievalmente, porque si ante el Papa Urbano II llamando a la Santa Cruzada los caballeros que quieren apuntarse para limpiar sus almas despiezando infieles se presentan con pantalones tejanos... ¡nadie se va a creer esa película! Y sin embargo, la música sí puede ser hecha con tejanos y no medievalmente.

Ya escribí sobre ello en El Guion Musical en el Cine y transcribo aquí esas líneas:

"Algo similar sucede con el segundo de los criterios condicionantes, el histórico. Con el mismo se pretende dotar al filme de una música adecuada a la época en la que transcurre la acción. Así, una película medieval llevaría música medieval o una que se ambientase en los locos años veinte podría estar llena del fox–trot, jazz, etc. Sin embargo, el cine da licencia para la invención, si no se tienen datos precisos de la música del período o si no existe ese período, al ser ficticio. Recuérdese las invenciones musicales en Ben-Hur (1959), con música de Miklós Rózsa, Planet of the Apes (1968), con partitura de Jerry Goldsmith, o Blade Runner (1982), cuya banda sonora es de Vangelis. En estos casos se hizo una clara apuesta: escribir una música que el espectador identificase como la propia del período que se narra en el filme, lo que resulta más fácil en películas futuristas, dada la inexistencia de referentes, pero que en aquellos supuestos en los que sí existen, aunque sean mínimos, también resulta válido si ayuda a ubicarse. Pero la precisión histórica no es un imperativo; bien al contrario, podría llegar a ser un lastre por la textura de determinadas músicas pero especialmente por sus posibles dificultades expresivas o emotivas. La anacronía no es una falta grave, al menos si se tiene presente que el cine, en sí, juega la baza de la irrealidad para presentar una realidad ficticia. La banda sonora de Il vangelo secondo Matteo (1966), es absoluta y descaradamente anacrónica: se sustenta en música original de Luis Bacalov y preexistente de Bach. ¿Cuáles fueron los criterios que primaron? ¿Los del rigor histórico o los religiosos? De haber fomentado los históricos, estaríamos ante una banda sonora adecuada a su tiempo, pero sin la fuerza dramática y evocativa que sí se logró con la música de Bach, escrita un buen puñado de siglos después de la época de Jesucristo y basada en ese mismo Evangelio. Igual sucedió con la versión que dirigió Franco Zeffirelli de Romeo & Juliet (1968). Nino Rota edificó una apabullante banda sonora en la que recurrió a instrumentación de la época pero aplicada en melodías contemporáneas. Eso ayudó a sintonizar con el público joven del momento, sin hacer por ello concesiones a lo comercial. E incluso en Braveheart (1995), en la que las referencias históricas en la música de James Horner fueron sólo el punto de partida para la construcción de una música del Siglo XX. Si Rota o Horner hubieran optado por el rigor histórico de sus músicas, las películas no hubiesen tenido la misma aceptación. Es una cuestión de prioridades: ¿interesa más el contexto histórico o la esencia del relato? Muchas películas de época relatan, en realidad, temas universales, por lo que la música puede prescindir de esos criterios."

Resumidamente: si Romeo y Julieta la explicamos con música medieval, el espectador verá una película medieval; si la explicamos con música romántica del XX, el espectador verá una película atemporal, universal. El vestuario, en cualquiera de las dos opciones, ha de ser necesariamente el mismo, por aquello del rigor. La decisión musical es la que determinará qué película se muestra al espectador. Es por esta razón por la que creo que la música tiene licencia para no respetar el rigor histórico.

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