Nació en Nueva York (EE UU), el 22 de marzo de 1937, y murió en Lincoln Park, New Jersey (EE UU), el 11 de diciembre de 2022. Este compositor pertenece a esa serie de músicos cuyo nombre va irremediablemente ligado al de un determinado cineasta junto con el cual ha desarrollado tanto su fama como lo mejor de su obra. Badalamenti no tiene una carrera excepcionalmente larga ni prolífica, pero es un compositor de prestigio cuyo talento ha trascendido el mundo del cine en numerosos trabajos no cinematográficos. Pero, por supuesto, el grueso de su filmografía y sus títulos más conocidos pertenecen a sus colaboraciones con David Lynch, especialmente en lo mejor de la carrera del cineasta.
Badalamenti nació de una familia procedente de Sicilia. A la edad de ocho años descubrió su vocación musical, y empezó a recibir lecciones de piano. Unos años después, ya en la adolescencia, consiguió trabajos veraniegos acompañ... Continuar leyendo
Nació en Nueva York (EE UU), el 22 de marzo de 1937, y murió en Lincoln Park, New Jersey (EE UU), el 11 de diciembre de 2022. Este compositor pertenece a esa serie de músicos cuyo nombre va irremediablemente ligado al de un determinado cineasta junto con el cual ha desarrollado tanto su fama como lo mejor de su obra. Badalamenti no tiene una carrera excepcionalmente larga ni prolífica, pero es un compositor de prestigio cuyo talento ha trascendido el mundo del cine en numerosos trabajos no cinematográficos. Pero, por supuesto, el grueso de su filmografía y sus títulos más conocidos pertenecen a sus colaboraciones con David Lynch, especialmente en lo mejor de la carrera del cineasta.
Badalamenti nació de una familia procedente de Sicilia. A la edad de ocho años descubrió su vocación musical, y empezó a recibir lecciones de piano. Unos años después, ya en la adolescencia, consiguió trabajos veraniegos acompañando al piano a cantantes en diferentes resorts y hoteles, que le permitieron desarrollarse y adquirir experiencia como músico. Por fin, unos años después se graduó en la Eastman School of Music y ganó un diploma en composición, trompa y piano por la Manhattan School of Music en 1960.
Durante el resto de los 60, destacaría tanto como pianista, tocando junto a varias grupos musicales, como compositor de canciones para dúos como Perrey and Kingsley, con los que colaboró durante varias décadas. Su talento llamaría la atención de varios productores de televisión, y ya en los 70, Badalamenti empezaría a trabajar para diversas series y películas como Gordon´s War (73). Pero la falta de trabajo en los años posteriores haría que el compositor se centrase en su carrera de pianista profesional y compositor de canciones. Al menos, durante los diez siguientes años, hasta 1986.
En ese año le llegó una oferta para colaborar en una película que estaba en preparación, llamada Blue Velvet (86). En ella, una canción ya compuesta previamente (del mismo nombre) debía ser interpretada por la actriz Isabella Rossellini, y Badalamenti fue contratado para preparar la interpretación de la canción con la actriz, pero la imposibilidad de adquirir los derechos hizo que el músico colaborara estrechamente con el director de esa película en la elaboración de una nueva canción. Ese cineasta no era otro que David Lynch, la canción resultante del trabajo conjunto fue "Mysteries of Love", con letra del propio director y música de Badalamenti. La conexión y confianza que se estableció fue de tal calibre, que Lynch incluso reservó un pequeño papel en la película para el compositor (precisamente como el pianista que ejecuta la canción en directo mientras Rossellini la interpreta). Badalamenti, tras el éxito de la película, vio su carrera como compositor de cine relanzada, y en los años siguientes participaría en películas como A Nightmare on Elm Street 3: Dream Warriors (87) o National Lampoon's Christmas Vacation (89), pero Lynch ya estaba preparando sus siguientes proyectos y no quería a ningún otro compositor que no fuera Badalamenti en ellos.
1990 sería el año en que Lynch empezaría a ser considerado todo un fenómeno del cine. Por un lado su película Wild at Heart (90) no dejaría indiferente a nadie, pero el verdadero bombazo llegó con su proyecto para la televisión, la serie Twin Peaks (90), un auténtico hito en la historia del medio. Para ambos casos, Badalamenti sería un colaborador importantísimo en su éxito, pero el tema principal de la serie es ya una leyenda en la música de televisión, una banda sonora que incidía en el misterio y en los aspectos más tenebrosos y románticos de sus episodios. El tema central también fue convertido en canción e interpretada para la propia serie por Julee Cruise. El tremendo fenómeno que supuso las dos únicas temporadas de la serie produjeron la realización de una película que funcionaba como precuela, Twin Peaks, Fire Walk with Me (92) también con partitura de Badalamenti. El músico empezó a ser muy tenido en cuenta en el panorama cinematográfico y empezaron a lloverle las ofertas, pero sus siguientes participaciones en película fueron escasas, con proyectos escogidos muy cuidadosamente. Su paralela carrera como compositor y orquestador le llevaría, por ejemplo, a componer y dirigir en directo la música de la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992. Y dentro de la faceta cinematográfica, escogió a directores muy personales e independientes para sus siguientes colaboraciones, como Jean-Pierre Jeunet (con el que trabajaría en La cité des enfants perdus y, más posteriormente, en Un long dimanche de fiançailles), Paul Schrader (The Comfort of Strangers o Forever Mine, entre otras), Danny Boyle (en The Beach) o Jane Campion (Holy Smoke). Directores todos con formas muy personales de hacer cine, precisamente la clase de cineastas con la que Badalamenti siempre se ha sentido más cómodo. Con Lynch prosiguió su estrecha asociación, el músico se entendía a la perfección con el extraño mundo personal y oscuro del director, y era capaz de atrapar y cristalizar musicalmente las atmósferas enfermizas, retorcidas y enigmáticas de sus argumentos. Tras Lost Highway (97), llegó una de las cimas profesionales de ambos: The Straight Story (99). La sentimental y emotiva historia del anciano que se lanza a un viaje interminable por carretera a bordo de una máquina cortacésped le sirvió para componer la que probablemente es la más sensible y preciosa banda sonora de toda su carrera, una serie de temas minimalistas, de aires folks y sureños, cuya interpretación con guitarra retrata inmejorablemente la humanidad y hondura que respira esta película.
Tras este éxito, su carrera continuó al mismo ritmo, con sus puntuales regresos con cada nuevo estreno de Lynch, destacando Mulholland Drive (01) entre ellos, y con escogidas e intermitentes colaboraciones en distintos proyectos de géneros variados, desde el terror en Dark Water (05) hasta el género bélico, como en Stalingrad (13). Badalamenti no es un compositor de cine "al uso", y por eso va y viene de forma inesperada al medio cinematográfico, mientras mantiene una variada carrera que le ha llevado a colaborar en proyectos con distintos cantantes, como David Bowie, e incluso a componer la música de un videojuego, como fue el caso de Fahrenheit (05). Últimamente su actividad se ha reducido en el cine, y en parte a ello ha contribuido el silencio de su inseparable David Lynch, quien lleva diez años sin rodar una película. Con todo, el anunciado regreso de una nueva temporada de Twin Peaks para el año que viene, con casi todo el reparto original de vuelta y con Lynch dirigiendo los capítulos, será una oportunidad casi irresistible para que Badalamenti regrese tanto al medio televisivo (donde ha seguido colaborando de cuando en cuando con documentales y proyectos diversos) como a la serie que más gloria le ha dado. Sin duda, uno de los grandes alicientes de volver a entrar en ese universo turbio y misterioso de la serie de Lynch será volver a escuchar el mítico tema principal.
(Isaac Duro)
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