Nació en París (Francia), el 24 de febrero de 1932, y murió en Bécon les Bruyères (Francia), el 26 de enero de 2019. Compositor que conoció las mieles del éxito durante varias décadas y que es considerado uno de los mejores de su generación. Triunfó tanto en Francia como en Hollywood, donde pertenece, junto con Jarre, Delerue y Desplat, al exclusivo club de compositores franceses que han estado en películas importantes con premios y nominaciones incluidas.
Su padre, Raymond Legrand, era director de orquesta y compositor, e influyó decisivamente en su formación musical, que comenzó en el Conservatorio de París. Allí tuvo como maestra a Nadia Boulanger, que también formarí... Continuar leyendo
Nació en París (Francia), el 24 de febrero de 1932, y murió en Bécon les Bruyères (Francia), el 26 de enero de 2019. Compositor que conoció las mieles del éxito durante varias décadas y que es considerado uno de los mejores de su generación. Triunfó tanto en Francia como en Hollywood, donde pertenece, junto con Jarre, Delerue y Desplat, al exclusivo club de compositores franceses que han estado en películas importantes con premios y nominaciones incluidas.
Su padre, Raymond Legrand, era director de orquesta y compositor, e influyó decisivamente en su formación musical, que comenzó en el Conservatorio de París. Allí tuvo como maestra a Nadia Boulanger, que también formaría a músicos de la talla de Aaron Copland, Astor Piazzolla o Philip Glass. Se graduaría con honores tanto en composición como en piano, e iniciaría una carrera en un género en el que pronto destacaría: el jazz.
Su primer álbum instrumental lo grabó a los 22 años, "I Love Paris", con el que obtuvo gran éxito. A partir de aquí no abandonaría su labor concertista, especializándose en jazz y trabajando con las mejores orquestas del mundo, a las que tendría el privilegio de dirigir. Del mismo modo, también compondría canciones y colaboraría con cantantes como Frank Sinatra, Ray Charles, Aretha Franklin o Barbra Streisand. Pero al mismo tiempo, también empezó a colaborar en el mundo del cine, donde empezaría a trabajar en comedias francesas en las que sacaba a relucir su formación clásica y sus natural inclinación a los sonidos puramente jazzísticos. Su talento le llevarían a trabajar con nombres legendarios de la cinematografía francesa, como Jean-Luc Godard o Claude Lelouch, pero cuando alcanzó verdaderamente una fama mundial y Hollywood puso sus ojos en él fue con la composición de la música y las canciones para Les parapluies de Cherbourg (64), de Jacques Demy. Este musical protagonizado por Catherine Deneuve y Nino Castelnuovo tenía la innovación de que todos sus diálogos eran cantados por los actores, algo novedoso y nunca visto. La película fue un triunfo y la composición musical fue ampliamente elogiada, consiguiendo incluso la nominación al Oscar, lo que hizo que las ofertas de trabajar en EE UU se multiplicaran para Legrand. Antes de ese salto, realizó otra colaboración excepcional en el siguiente musical de Demy, Les demoiselles de Rochefort (67), otro grandísimo éxito para ambos.
El final de la década de los 60 y la década de los 70 supuso su época dorada en Hollywood, donde llegó a trabajar con directores de primera línea, en películas importantes que se beneficiaron enormemente de la experiencia y la solidez del compositor francés. Uno de sus primeros éxitos fue The Thomas Crown Affair (68), de Norman Jewison, donde trasladó su elegante estilo con toques jazzísticos al argumento de intriga y suspense. Esta película le llevaría a ganar su primer Oscar por la canción The Windmills of Your Mind". Tras diversos filmes como Ice Station Zebra (68) o The Happy Ending (69), conocería el otro gran triunfo de su carrera: Summer of 42 (71). La melancólica y romántica película de Robert Mulligan sobre las vivencias de unos adolescentes durante todo un verano contó con una música hermosa y bellísima de Legrand, vertebrada en torno a un tema principal idílico y romántico que se convirtió en otro de sus éxitos. Y que le reportó su segundo Oscar, ya de paso.
Durante los 70, Legrand tuvo la oportunidad de trabajar en otras películas célebres donde dejó siempre su sello de calidad. La deliciosa y dinámica The Three Musketeers (73), uno de los primeros trabajos como director de Clint Eastwood: Breezy (73), The Other Side of Midnight (77), etc. Legrand era especialista en dramas y comedias, pero siempre probó nuevos géneros y nuevos retos, algo que continuaría ya entrada la década de los 80. Allí probó suerte en el western con The Mountain Men (80), la acción con The Hunter (80) y hasta la saga Bond en Never Say Never Again (83), la única película rodada al margen del canon oficial. Ese mismo año se llevaría su tercer y último Oscar por Yentl, el proyecto personal que dirigió y protagonizó Barbra Streisand. Tras esta película, el compositor seguiría participando en películas que poco a poco empezaban a ser de menor calado e importancia. Siempre alternando sus proyectos cinematográficos con su labor orquestal y de creación de álbumes de jazz, también volvería en contadas ocasiones a la cinematografía de su país.
Los 90 verían ya pocos trabajos del maestro, alguno de ellos interesante y estimulante como Prêt-à-porter (94), de Robert Altman, algo que se perpetuaría a los últimos años, donde Legrand ha regresado muy escasamente al cine y siempre en películas francesas. El músico, siempre probando retos nuevos, también ha trabajado en televisión, tanto en su país como fuera de él, y suya es la famosa melodía de la serie infantil divulgativa Il était une fois..., que todos hemos tarareado alguna vez. Y su polivalencia y versatilidad le han llevado, más allá de las orquestas y el jazz, a trabajar en teatro (debutando en Broadway) y hasta componiendo la música de un videojuego.
Actualmente sigue en activo, con su dilatadísima y prestigiosa carrera aun abierta. Hace solamente un par de años se encargó de la música para la comedia francesa La rançon de la gloire (14), y en el mismo año lanzó un álbum de arias de ópera compuestas para la soprano francesa Natalie Dessay.
(Isaac Duro)
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