Las nominaciones al Oscar de este año ponen frente a frente a los dos más grandes compositores vivos del cine, Ennio Morricone y John Williams, en el que es su quinto duelo en la carrera de los Oscar, pues salvo en 1986 (cuando el compositor romano fue finalista por The Mission), siempre que Morricone ha sido nominado, lo ha sido Williams con él: se enfrentaron en 1978 (Days of Heaven vs. Superman), en 1987 (The Untouchables vs. Empire of the Sun), en 1991 (Bugsy vs. JFK), en 2000 (Malena vs. The Patriot) y ahora lo hacen con The Hateful Eight y Star Wars: The Force Awakens, respectivamente.
Estas permanentes tablas entre ambos -ninguno se llevó el premio- son las que seguramente esperan que se mantengan tanto Thomas Newman (que con su nominación por Bridge of Spies acumula nada menos que 13 nominaciones infructuosas) como especialmente Carter Burwell, que debuta en estos premios y tiene serias opciones con su música para Carol. La nominación por segundo año consecutivo del islandés Jóhann Jóhannsson (por Sicario) es casi con seguridad lo máximo a lo que puede aspirar y el ser finalista es en sí su premio.
¿Morricone o Williams?. Morricone tiene a su favor el que nunca ha ganado un Oscar (en competición, pues tiene uno honorífico) y nadie merece tener un Oscar (en competición) tanto como él. Incluso no siendo por su trabajo más destacable. Pero aún colea en el recuerdo el inconcebible robo que sufrió cuando se le arrebató el Oscar por The Mission, en 1986. A su favor tiene, frente a los demás, que ha creado un tema principal impactante, de los que se retienen en la memoria, de los que trascienden. Y la Academia premia también eso.
Williams también es autor de un tema memorable, el de Rey, pero es un tema más de dentro de la película que de fuera, pues así es como es y como está integrado y enraizado al filme. El trabajo de Williams en este filme es exquisito, mucho más elaborado y complejo que el de Morricone en el filme de Tarantino, pero no por diferencias en cualidades de los compositores, en absoluto, sino simplemente porque las respectivas películas demandaban músicas en distintos niveles de integración y elaboración. Atendiendo a las virtudes específicas, esta nueva entrega musical podría darle a Williams su segundo Oscar por la saga, a modo incluso de reconocimiento por las siete películas. Además, es una institución norteamericana y lleva sin ser premiado desde 1993, por Schindler´s List.
Thomas Newman aparentemente tendrá que esperar. Williams y Morricone tienen una muy avanzada y venerable edad y las oportunidades de premiarles van menguando. Podría ganar, cierto es, pero ¿la Academia va a premiar una banda sonora de Spielberg en la que Williams no ha podido trabajar por problemas de salud?. ¿No sería considerado un gesto poco delicado?. Esto es, claro, una soberana estupidez, pero son tantas las veces que se vota estúpidamente...
Si hay división de votos, y el duelo abre el camino a la meta a un tercero, lo será Carter Burwell, que tiene una carrera cinematográfica admirable y que jamás había sido finalista al Oscar. Su trabajo en Carol es bueno y muy bien integrado en la vía dolorosa del filme, incluso aparentando ser -como la propia película- un años después de Notes on a Scandal (04), por la temática y las similitudes estéticas (aunque no formales) con la música de Philip Glass.
Pero lo que parece casi seguro es que el Oscar irá este año a Roma pasando por la nevada Wyoming. No creo que sea injusto: Morricone es una estrella, un astro que lleva décadas engrandeciendo el cine, y aunque su trabajo en el filme de Tarantino sea menos relevante dramática y narrativamente, tiene tales dosis de sarcasmo venenoso que solo por eso se merece el premio.